martes, 8 de mayo de 2012

Día 6

En esta entrada, quiero empezar con una síntesis que hice acerca de unos textos que anteriormente no expuse. Son fragmentos de textos acerca de las ciudades, del entramado urbano, lo concerniente a sus partes y su relación con el contexto en el que se ubica.

Arquitectura de la ciudad - Rossi
La ciudad viene entendida como una arquitectura. pero no solo la imagen visible de la ciudad y el conjunto de su arquitectura, sino la arquitectura como construcción, la construcción de la ciudad en el tiempo. Concibo la arquitectura en sentido positivo, como una creación inseparable de la vida civil y de la sociedad en la que se manifiesta; ella es, por su naturaleza, colectiva.
Se inició la arquitectura al mismo tiempo que el primer trazo de la ciudad; la arquitectura es, así, connatural a la formación de la civilización y un hecho permanente, universal y necesario. Creación de un ambiente más propicio a la vida e intencionalidad estética son los caracteres permanentes de la arquitectura.
Con el tiempo, la ciudad crece sobre sí misma; adquiere conciencia y memoria de sí misma. En su construcción permanecen sus motivos originales, pero con el tiempo concreta y modifica los motivos de su mismo desarrollo. Hay un contraste entre lo particular y lo universal, entre lo individual y lo colectivo, y se manifiesta en diversos aspectos, en las relaciones entre la esfera pública y la privada, en el contraste entre el diseño racional de la arquitectura urbana y los valores del locus, entre edificios públicos y edificios privados.
Los estudios que se han realizado sobre ciudades determinadas siempre han agravado la dificultad de establecer una síntesis y de poder proceder tranquilamente a una valoración cuantitativa del material analítico; mientras por un lado se niegue que se puedan establecer de forma racional intervenciones vinculadas a situaciones locales, por el otro, nos damos cuenta que estas situaciones son también las que caracterizan las intervenciones.
Si la división de la ciudad en esfera pública y esfera privada, elementos primarios y zona residencial, ha sido varias veces señalada y propuesta, nunca ha tenido la importancia de primer plano que merece. Esa división está íntimamente relacionada con la arquitectura de la ciudad, porque dicha arquitectura es parte integrante del hombre, es su construcción. La arquitectura es la escena fija de las vicisitudes del hombre. Los edificios de viviendas y la zona sobre la cual persisten se convierten, en su fluir, en los signos de esta vida cotidiana.
Los monumentos, signos de la voluntad colectiva expresados a través de los principios de la arquitectura, parecen colocarse como elementos primarios, como puntos fijos de la dinámica urbana.

El paisaje urbano - Cullen
Una ciudad es algo más que una suma estadística de sus habitantes. Una ciudad tiene el poder de generar un excedente de amenidad que constituye una de las varias razones que hacen que la gente prefiera vivir en comunidad a hacerlo en el aislamiento.
Consideremos ahora el impacto visual que una ciudad produce en quienes residen en ella o en los que la visitan. Reunamos en un momento dado y en determinado punto a una considerable cantidad de personas y tendremos un excedente de diversiones, de entretenimientos; pongamos uno junto a otro toda una serie de edificios y, en su conjunto, colectivamente, nos proporcionarán mucho mayor placer visual que el que nos daría cada uno de ellos contemplado separadamente. En el conjunto de edificaciones se hallan presentes varios elementos cuya realidad es prácticamente distinta de los de la arquitectura e imposibles de encontrar en un edificio aislado.
Supongamos también que los edificios han sido construidos y agrupados de forma que se pueda andar, pasear entre ellos. Entonces, el espacio que se ha dejado entre uno y otro parece como si tuviera vida propia, una vida completamente aparte de la de los edificios que lo limitan.
Téngase en cuenta asimismo que en el grupo formado por la media docena de edificios que nos sirve de ejemplo puede haber uno que, en razón de los fines a que ha sido destinado no concuerde con los demás. Puede tratarse de lo interior se extiende al exterior.
Público y Privado → Calidades aplicables a cada parte de la escena que nos rodea: calidades de carácter, de escala, de color, etc.
Proyección → El espacio, al ser ocupable, provoca la colonización. esa reacción puede ser explotada colocando espacio con el que alcanzar los fines propuestos.
La diferencia de significación entre grandeza y elevación es lo que constituye la medida de relación. En realidad existe un arte de la relación, del mismo modo que existe un arte de la arquitectura. Su finalidad no consiste en estudiar todos los elementos que constituyen el conjunto: edificios, árboles, paisaje, agua, tráfico, señales, etc. Y ensamblarlos, entretejerlos de forma tal que se desencadene el drama. Para una ciudad, su ambiente, sus circunstancias, constituyen un auténtico acontecimiento dramático.
En primer lugar, hemos ya apuntado la idea de que la impresión y el drama pueden ser originados y puestos a la luz del día, automáticamente, a través de la investigación científica y de soluciones conseguidas por los técnicos (o por la parte técnica del cerebro). Nosotros, naturalmente, aceptamos todas esas soluciones, pero no nos sentimos identificados del todo con ninguna de ellas.
Hay, por decirlo de algún modo, hechos, factores fluctuantes, inaprehensibles, que pueden sincronizar o también, por supuesto, entrar en conflicto entre sí. Consecuencia de cuanto afirmamos es que una ciudad puede adoptar uno o varios modelos y seguir funcionando con éxito, con el mismo éxito, tanto si se ha adoptado uno u otro. Y aquí aparece otro factor, el de la flexibilidad, el de la ductilidad de la solución científica, y precisamente la forma como se manipule dicha flexibilidades lo que hace posible el arte del contraste.
Como ya hemos dicho, lo importante no es establecer normas absolutas sobre el aspecto y configuración de una ciudad o de sus alrededores, sino algo mucho más modesto, de menor alcance: de lo que se trata es, simplemente, de manipular dentro de ciertas tolerancias .Esto significa que podemos confiar poco en la ayuda de la técnica y que debemos volver nuestras miradas a otros valores y a otras normas.
Desviación → Cuando una vista termina en un edificio que forma ángulo recto con el eje, la sensación de espacio cerrado queda completada. Pero cualquier modificación angular en el edificio terminal, Cuando una vista termina en un edificio que forma ángulo recto con el eje, la sensación de espacio cerrado queda completada. Pero cualquier modificación angular en el edificio terminal,
Espacio e infinito → Normalmente, el cielo, al ser contemplado por encima de los tejados, no suele producir una sensación muy intensa de afinidad. En cambio, sise nos aparece súbitamente a nivel del suelo, en un lugar hacia donde razonablemente podríamos ir paseando, nos causa una poderosa sensación de infinidad.
Debemos preocuparnos de la facultad de ver, porque es precisamente por medio de la vista por la que podemos formarnos una idea del conjunto. la visión resulta no solamente útil, sino que además, tiene la virtud de evocar nuestros recuerdos y experiencias, todas aquellas emociones íntimas que tienen el poder de conturbar la mente en cuanto se manifiestan.
Es este exceso de visión lo que importa puesto que, cuando el ambiente está a punto de provocar una reacción emocional con o sin la intervención de nuestra voluntad, nos interesa comprender los tres caminos por los que ello tiene lugar. Estos son: la Óptica, el Lugar y el Contenido.

Muerte y vida de las grandes ciudades: Usos de las aceras: Seguridad - Jacobs
Las calles de las ciudades sirven para muchas cosas aparte de soportar el paso de vehículos; y las aceras de las ciudades - parte de las calles destinada a las peatones - tienen muchos otros usos además de soportar el caminar de los peatones. Estos usos están en estrecha relación con la circulación, pero no se identifican con ésta, y en rigor son por lo menos tan importantes como la circulación para el buen funcionamiento de las ciudades.
En sí misma, una acera urbana no es nada. Es una abstracción. Sólo tiene significado en relación con los edificios y otros servicios anejos a ella o anejos a otras aceras próximas. Lo mismo podríamos decir de las calles, en el sentido de que sirven para algo más que para soportar el tráfico rodado. Las calles y sus aceras son los principales lugares públicos de una ciudad, sus órganos más vitales.
Mantener la seguridad de la ciudad es tarea principal de las calles y aceras de una ciudad. Es una tarea totalmente diferente a los servicios que están llamadas a prestar las aceras y calles de las ciudades pequeñas o de los suburbios residenciales. . La condición indispensable para que podamos hablar de un distrito urbano como es debido es que cualquier persona pueda sentirse personalmente segura en la calle en medio de todos esos desconocidos. Es absolutamente necesario que no tenga inmediatamente la impresión de que está amenazada por ellos. Un distrito urbano que fracase en este punto irá mal en todos los demás y será una fuente inagotable de dificultades para sí mismo y para toda la ciudad.
En las calles de una capital no suelen tener lugar incidentes violentos que provoquen el miedo de los ciudadanos en general. Pero en caso contrario, éstos prefieren no utilizarlas en lo posible, lo cual las hace aún más inseguras.
Tampoco es un problema que afecte solamente a las partes antiguas de las capitales. La cuestión alcanza sus más grotescas dimensiones en ciertas zonas «reconstruidas», principalmente en grupos de viviendas de renta media. Hay infinitas variaciones en el grado de civilización y seguridad que presentan estos grupos y las zonas en que viven.

La imagen de la ciudad - Lynch
Tal como una obra arquitectónica, también la ciudad es una construcción en el espacio, pero se trata de una construcción en vasta escala, de una cosa que solo se percibe en el curso de largos lapsos. El diseño urbano es, por lo tanto, un arte temporal, pero que solo rara vez puede usar las secuencias controladas y limitadas de otras artes temporales, como la música, por ejemplo. A la ciudad se la ve con diferentes luces y en todo tipo de tiempo.
Nada se experimenta en si mismo, sino siempre en relación con sus contornos, con las secuencias de acontecimientos que llevan a ello, con el recuerdo de experiencias anteriores. Todo ciudadano tiene largos cínculos con una u otra parte de su ciudad, y su imagen está embebida de recuerdos y significados.
Los elementos móviles de una ciudad, y en especial las personas y sus actividades, son tan importantes como las partes fijas. Nuestra percepción de la ciudad no suele ser contunua sino parcial, fragmentaria, mezclada con otras preocupaciones. Casi todos los sentidos están en acción y la imagen es la combinación de todos ellos.
La ciudad no es solo un objeto percibido por diferentes personas, sino es también el producto de muchos constructores que constantemente modifican su estructura porque tienen sus motivos para ello. Si bien las líneas generales pueden mantenerse estables durante cierto tiempo, los detalles cambian constantemente. No hay un resultado definitivo, sino una sucesión ininterrumpida de fases.
Un medio urbano bello y deleitable es una rareza, y algunos dirían incluso que es un imposible. Pero las personas que tienen noción de lo que es vivir en un ambiente que no es armonioso, casi no tienen conciencia del valor de un contorno que si lo es. No pueden tener una idea clara de lo que puede representar un escenario como deleite cotidiano, como ancla permanente de sus vidas o como acrecentamiento del sentido y la riqueza del mundo.
La legibilidad → Es una cualidad visual específica, siendo la claridad manifestada del paisaje urbano. Una ciudad legible sería aquella cuyos distritos, sitios sobresalientes o sendas son identificables fácilmente y se agrupan en una pauta global.
Esta legibilidad es de importancia decisiva en el escenario urbano, la analiza con cierta detención y trata de demostrar de qué modo podría utilizarse hoy este concepto para la reconstrucción de nuestras ciudades.
Si bien la legibilifaf no constituye de ningún modo la única cualidad importante de una ciudad hermosa, resulta de particular importancia cuando se consideran los medios ambientes en la escala urbana de tamaño, tiempo y complejidad. Para comprender esto no debemos limitarnos a considerar la ciudad como cosa en sí, sino la ciudad en cuanto percibida por sus habitantes.
La estructuración y la identificación del medio ambiente constituyen una capacidad vital entre todos los animales móviles. Para ello se usan claves de variados tipos: las sensaciones visuales de color, forma, movimiento o polarización de la luz, al igual que otros sentidos, como el olfato, el oído, el tacto, la cinestesia, la sensación de gravedad y quizás de los campos eléctricos y magnéticos. Hay un uso y una organización coherentes de claves sensoriales precisas que proceden del medio exterior, la cual es de importancia fundamental para la eficacia y la supervivencia misma de la vida de libre movimiento.
Perderse por completo constituye quizas una ezperiencia más bien rara para la mayoría de los habitantes de la ciudad de hoy. La misma parabla "perdido" no solo quiere decir una mera incertidumbre geográfica, sino connota un completo desastre. En el proceso de orientación, el vínculo estratégico es la imágen ambiental, la representación mental generalizada del mundo físico exterior que posee un individuo. Esta imágen es producto al mismo tiempo de la sensación inmediata y del recuerdo de experiencias anteriores, y se las utiliza para interpretar la información y orientar la acción.
Un medio ambiente ordenado puede actuar como amplio marco de referencias, como organizador de la actividad, las creencias o el conocimiento. De este modo, una imágen nítida del contorno constituye una base útil para el desarrollo individual. Esto también desempeña una función social, ya que puede proporcionar la materia prima para los símbolos y recuerdos colectivos de comunicación del grupo.
Una imágen ambiental eficaz confiere a su poseedor una fuerte sensación de seguridad emotiva, pudiendo establecer una relación armoniosa entre si y el mundo exterior.
Un medio ambiente característico y legible también realza la profundidad y la intensidad potenciales de la experiencia humana. Potencialmente, la ciudad es en sí misma el símbolo poderodso de una sociedad compleja.
Hay que conceder que el elemento laberítico o de sorpresa tiene cierto valor en el medio ambiente. Pero esto solo ocurre cuando están presentes dos condiciones. En primer término, no debe existir el peligro de perder la forma básica u orientación, de manera que no pueda nunca volverse a encontrar el camino. La sorpresa debe darse en un marco global; las confusiones deben constitui pequeñas zonas en un conjunto visible. Por otra parte, en su mismo el laberinto o misterio debe poseer cierta forma que pueda explorarse y con el tiempo, aprehenderse. Un caos completo, sin pizca de armonía, nunca resulta agradable.
Pero estas condideraciones ulteriores indican que existe un requisito importante: el propio observador debe desempeñar un papel activo al percibir el mundo y tener una participación creadora en la elaboración de su imagen. Debe contar con el poder de cambiar esa imagen para adaptarse a necesidades cambiantes. Lo que buscamos no es un orden definitivo sino abierto a las posibilidades, capaz de un ininterrumpido desarrollo ulterior.


Junto con estos textos, quiero exponer información acerca de mi hecho arquitectónico elegido:

Este complejo fue planeado por una unión  de distintas asociaciones y sindicatos, como la UOCRA. Se buscó financiación y gente que quiera adquirir su primer vivienda, pero al estar dirigido a una clase social media, se buscó realizar todo el proyecto con materiales de primera calidad.
Se pensó, mas que como un complejo de edificios, como un barrio privado y su disposición lo dice, ya que posee una sola entrada y salida, tanto de gente y autos, con un patio interno protegido por las torres que están dispuestas en forma de C.
Se mudaron 320 familias a este complejo desde el a;o que fue inaugurado en 2010, por lo que posee un movimiento diario de alrededor de 1280 personas, siendo importante el cambio que hizo en el barrio.
Este barrio, Villa Santa Rita, posee su zona comercial, ubicada en su mayoría sobre las avenidas Nazca y Juan B. Justo, mientras que en las calles interiores, es zona mayormente residencial.


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